El ritmo del blog es cansino, como el de la política tudelana en época estival. Desculpen por ello, espero que a la vuelta del verano el panorama se anime, porque ahora, la verdad, poco nos están dando que hablar nuestros queridos políticos municipales. Teniendo en cuenta cómo está el patio en Pamplona, pues eso, que aquí, calma expectante y a esperar qué pasa con los pactos y las procesiones.

Prometí seguir comentando el organigrama del Ayuntamiento, pero como las novedades ya fueron resumidas, poco me voy a extender.

A mí me sorprende mucho el hecho de que una concejala tanto o más impopular que yo (je, je), no sólo continúe en el consistorio, sino que aumente su poder, convirtiendose en la mano derecha, dicho sin segundas, de Luis Casado. Está claro que hacerlo mal no es razón para no ascender en el Ayuntamiento. Otros, por menos, dimitirían. Otros, al menos, tendrían en cuenta la opinión de votantes y no votantes. Algún día intentaré buscar ciertas conexiones personales, que haberlas, haylas, entre Mariví Castillo y Luis Casado. Por pasar el rato, como pasatiempo veraniego, jugando a eso de los grados de separación, no sé si saben de qué va el juego.

Y de temas políticos, poco hay que reseñar. Se ha publicado una carta en los medios impresos tudelanos, estos días, de un estudiante de Arquitectura, hablando de la estación del AVE en Tudela, de su impacto urbanístico, de la apertura de Tudela al Ebro, etc. La carta es correcta, academicista, y no cuenta nada nuevo, a saber: que Tudela necesita el AVE para su desarrollo, que la actual estación de tren es un obstáculo para un desarrollo urbanístico que mire al Ebro y convierta nuestra ciudad en una ciudad más habitable y que es preferible una estación urbana soterrada que una a las afueras de la ciudad. Pues eso se lo cuento yo, si quieren, y sin ser estudiante de Arquitectura.

El tema del AVE, a nivel municipal, no tendrá excesivos problemas para ser consensuado desde el Ayuntamiento por todos los grupos (o al menos, por PSN y UPN), pero seguramente pronto podría empezar otra batalla extramunicipal más: el uso partidista del tema en las reclamaciones a Madrid. Al tiempo.

Sigan ustedes disfrutando de la piscina, la siesta y de las fiestas de su barrio.