El próximo sábado Luis Casado será nombrado alcalde de Tudela por cuatro años más. Después, tendrá un mes para decidir qué concejalías crea y a quién adjudica su titularidad. Le tengo ganas a ese momento, de verdad.

Mientras tanto, hablemos de algunos temas de actualidad. Esta semana se ha concedido una distinción durante el pleno municipal al difunto José Mari Lacarra, concejal por Batzarre durante muchos años en el consistorio tudelano. En la foto del Diario de Noticias, se puede observar que el pleno estaba concurrido, como la ocasión, sin duda, lo merecía. En esta ocasión la comunión entre el público presente en la sala y sus concejales, todavía en funciones, era total. En otras, siempre contadas (la asistencia a los plenos municipales nunca ha sido multitudinaria), fue bien distinto, y la sala se ha llenado con ciudadanos que no querían un parking debajo de la escuela de sus hijos, una incineradora en sus polígonos industriales, unos jardineros en huelga o en otras el pleno ha sido tomado literalmente por el propio personal del Ayuntamiento, durante alguno de sus lamentablemente frecuentes conflictos laborales.

Contadas ocasiones, pero significativas. La mayoría de ellas han servido para que UPN diera marcha atrás a sus propuestas. Eso me hace pensar que el poder en definitiva siempre es del ciudadano, y cuando la ciudadanía manifiesta una opinión mayoritariamente en contra de sus representantes políticos, de nada sirven los plenos, las mociones, las intervenciones de la oposición.

Sería bonito pensar que los plenos municipales siempre tuviesen público. No sólo para protestar por un tema concreto que directamente afectase al auditorio presente, sino como auténticos seguidores de sus representantes. ¿Se imaginan las tertulias post pleno, al estilo de las tertulias deportivas o taurinas?

Será que no interesa. Será que al poder le interesa más que no vaya nadie a los plenos. Dentro de cuatro años sí sacaran a los ancianos de las residencias, y a las monjitas de sus conventos. Pero ahora, seguramente no le interesa que la gente vea que algún concejal de prestigiosa cartera no sabe apenas hablar en público, que alguno que otro falta a la cita sin ningún tipo de rubor o que entre punto y punto del orden del día, se echa uno una cabezadita de lo más relajado.

Finalmente, otra reflexión: en algunos pueblos de la Ribera se retransmiten los plenos por la TV local. ¿Por qué no hay televisión local en Tudela? Que alguien me lo aclare. Sería bueno hacer zapping para ver meter la pata a más de uno, y luego, colgarlo en youtube. Amigos de la oposición, les lanzo una idea: que se retransmitan los plenos municipales, que para eso no hace falta ni TV local, basta colocar una webcam y unos micros. Las risas que nos ibamos a echar.